sábado, 17 de febrero de 2024

¡México lindo! Enero/2024

Estos primeros meses del 2024 quiero conocer un poquito de Centroamérica, pero el avión a Cancún era la opción más económica. Así que, como a nadie amarga un dulce, ¡a la Riviera Maya que me fui! 


México es diverso y enorme. Conocerlo es una tarea de años. Estas tres semanas me han llevado por una ínfima parte de este inmenso país. Mientras yo estaba bañándome tranquilamente al calor del caribe, en Chiapas habían tiroteos con muchos muertos, en Ciudad de México amanecían a 7 grados y había una caravana de inmigrantes caminando hacia la frontera de EEUU. México sigue siendo para mí un país por descubrir. En estas líneas solo guardo mis sensaciones de mi breve paso por él. 


La información previa que tenía de México me hacía pensar que podía ser peligroso moverme por libre. Por supuesto que hay zonas complicadas, pero Quintana Roo -Riviera Maya- y Yucatán son dos estados bastante seguros y cómodos de visitar por mi cuenta. Como siempre, mi experiencia depende de la gente local que en este caso, y en parte gracias al privilegio de compartir el idioma, fue muy buena. La gente es cercana, amable y hospitalaria, lo que te permite moverte con comodidad y adentrarte en su cultura. Y cuando hablo de cultura siempre incluyo su gastronomía: burritos, tacos, frijoles, enchiladas... ¡Una maravilla! Que además los puedes encontrar a precios muy económicos. Con respecto al picante me sorprendió que casi siempre el picante fuerte -chiles habaneros- viene aparte, con lo que no tuve problemas, claro que siempre probaba una gota de cada salsa antes de atreverme a ponerla en la comida.



Michelada con botanas (tapas)


Cenote azul, Bacalar 



Ceviche con michelada.


Para moverte cuentas con una excelente red de modernas terminales de autobuses ADO, muy seguros y que operan a todas las ciudades grandes o medianas con mucha puntualidad.




Con respecto al país en sí, me sorprendió mucho las ruinas mayas que visité. Es asombroso comprobar in situ la grandeza de esa cultura milenaria, que aún pervive, como estoy comprobando ahora en Guatemala. En el museo maya de Mérida y en las propias ruinas pude acercarme un poco a su calendario, cosmovisión y costumbres, de una de las culturas más avanzadas de su época.

Uxmal:



Chichèn Itzá:
Una de las nuevas 7 maravillas del mundo (2007)





Otra gran sorpresa para mí fueron los cenotes. Pensaba que había unos pocos y que eran como parques temáticos casi artificiales, pero nada que ver. Primero es que en la peninsula de Yucatán hay miles. En una fuente leí mas de tres mil y en otra más de seis mil. Un cenote es una cueva llena de agua dulce que queda accesible tras la caída de parte o la totalidad del techo. Así que hay cenotes totalmente abiertos y otros en los que un acceso minúsculo es la entrada a una cavidad enorme. Los hay en que se ve el fondo y otros de decenas de metros de profundidad y muchos están interconectados por galerías inundadas y laberínticas.

El que haya tantos cenotes en Yucatán es debido al impacto del gran meteorito que provocó la extinción de los dinosaurios. Para los mayas, los cenotes eran la puerta de entrada al inframundo, en donde celebraban ceremonias e incluso sacrificios. No me imagino lo que sería estar de noche en uno de ellos, iluminado por un poco de fuego, mientras el chaman invoca las fuerzas del inflamado.


Entradas al inframundo:






Maravilloso inframundo:


Cenote totalmente abierto.



La Riviera Maya es un paraíso para el snorkel y el buceo, y yo traté de aprovechar esta oportunidad. Buceé en Playa del Carmen, Cozumel y Cenotes "Dos Ojos" y "PIT". Todos fueron espectaculares, con corales, peces coloridos y tiburones toro, pero el buceo en los cenotes fue algo especial. Ambos cenotes solo tienen una pequeña entrada de luz. Mientras buceaba iba mucho tiempo con mi linterna apagada moviéndome por ese laberinto de oscuridad y proyecciones de luz de otros buceadores. Siempre he oído que bucear es como flotar en el espacio pero nunca lo había sentido intensamente hasta ese día. Definitivamente no fue un buceo más sino que fue una experiencia nueva. Todo un privilegio que se suma a que tan solo dos meses antes había visto auroras por primera vez. Mi curiosidad hacia el mundo se acrecienta. Afortunadamente me queda aún mucho por ver y experimentar.







Tal vez pudiera parecer que con mi experiencia viajera tengo muy claro por donde viajo, pero nada que ver. Estando en México cruzó por mi cabeza la idea de visitar Miami. Comprobé los billetes y desde Cancún eran muy baratos, así que me fui por cinco días.


Me sorprendió que al poco tiempo ya hablaba a todo el mundo en español y solo alguna vez tuve que disculparme y repetirme en inglés. Sabía de la gran influencia latina en Miami, pero no esperaba tanto. De hecho, pasee por la "Pequeña Habana" y era asombroso 






Una de mis consignas es que "allá donde fueres has lo que vieres". Así que aquí también me imbuí en las delicias gastronomías locales.



Viniendo del caos de las ciudades de la Riviera Maya, me sorprendió Miami como ciudad. Se trata de una ciudad enorme que combina playa y fiesta en Miami Beach con partes muy modernas y boyantes en el centro. Y todo eso conectado con un buen transporte público. 







Por supuesto que pese a la importancia de la cultura latina, podías ver detalles del estereotipo estadounidense del triunfo y llamar la atención o el que la Coca-Cola y el agua costaran casi lo mismo.



Inmenso coche con el capó casi a mi altura.

Justificando lo injustificable



El último día me fui a visitar Wynwood walls. Fue muy bonito ver todo ese arte, parte en un museo y parte en la calle.









Me alegro de haber visitado Miami al igual que me alegro de haber conocido Cancún, Playa del Carmen y Bacalar. A Tulum no fui porque escuché a todo el mundo que lo que hace diez años era una ciudad humilde con una playa tranquila se había convertido en una ciudad empobrecida adosada a la nueva Ibiza del invierno, con todas las playas privadas. Muchos de los enclaves de la Riviera Maya son destinos de fiesta y playa, junto a los pocos que van por snorkel y buceo. Miami Beach también lo es, y además mucho más caro, pero debo admitir que su desarrollo turístico me pareció mucho mejor pues ha respetado una ancha franja de playa pública, mientras que en la Riviera Maya, y concretamente en Playa del Carmen, los hoteles llegan hasta el mismo agua, por lo que no se puede dar un simple paseo por la orilla al atardecer, ¡una pena para todos! Incluidos los clientes de los propios hoteles. A ver si adivinas en las siguientes fotos cuáles son de Miami y cuáles de Playa del Carmen.






Tras un mes conociendo una ínfima parte de México y de EEUU, toca por fin entrar en Centroamérica, donde me gustaría pasar varios meses sin prisas, pero solo el tiempo me lo dirá.

2 comentarios:

  1. Millones de gracias por compartir experiencias que tanto enriquecen😊un abrazo grande 🫂

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  2. Cierto, la experiencia de bucear en los cenotes es mágica!!! Gracias por compartir tus magníficas experiencias. Un fuerte abrazo

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