jueves, 17 de marzo de 2022

Conociendo los Balcanes

 8/Enero/2022 - Bosnia y Herzegovina. 


Cuando llegamos a Croacia queríamos ir bajando pegados al Adriático hasta Grecia, pero no queríamos pasar sin visitar Mostar y Sarajevo. Al final Bosnia nos atrapó y resultó muy interesante ver cómo se desarrollaba la vida 25 años después de una guerra terrible y fraticida.

Ahora escribo esta entrada durante la tercera semana de la invasión de Ucrania. Recuerdo lo visto en Bosnia y me da la sensación de que estuve viendo el futuro de Ucrania dentro de 25 años. Y no es bueno. 

De forma resumida, en Bosnia viven tres nacionalidades: los bosniacos -principalmente musulmanes-, los croatas -principalmente católicos- y los serbios -principalmente ortodoxos-. Tras la caída de la Unión Soviética, Yugoslavia perdió a su gran aliado, con lo que Milosevic se vio amenazado en su poder, por lo que en 1989 dio un discurso en Kosovo apelando al nacionalismo serbio y la identidad ortodoxa -él que era ateo-. Así que cuando las repúblicas yugoslavas comenzaron a independizarse siguiendo el ejemplo de la URSS, Milosevic comenzó a combatirlas enarbolando la bandera de la histórica "Gran Serbia". La guerra fue particularmente cruenta en Bosnia donde vivían muchos serbios. Con el desmantelamiento del ejercito soviético, los serbios consiguieron mucho armamento "de saldo", así que la guerra se preveía corta. 


En Bosnia estuvieron en guerra desde el 92 al 95, mientras la OTAN estaba más preocupada defendiendo la democracia en Kuwait, y su petróleo, dejando que en Bosnia o Ruanda se desarrollaran sendos genocidios sin decidirse a intervenir. Finalmente, en 1995 ya habían terminado en Irak, por el momento, y redirigieron sus fuerzas motivados por los crímenes de guerra que habían sido demasiado terribles, así que la OTAN intervino y obligó a firmar los acuerdos de Paz de Dayton por los que se paró la guerra de golpe, pero sin resolver las tensiones internas. Ahora Bosnia es un país con tres presidentes -uno por cada nacionalidad- y donde es muy fácil saber de qué nacionalidad es el pueblo en el que estás por la gran cantidad de banderas que ondean en todos lados. Además, está dividido en dos zonas administrativas: por un lado Bosnia y Herzegovina -mayoritariamente bosniacos y croatas- y por el otro la República Srpska -mayoritariamente serbios-. 



Mostar es una ciudad hermosa. Sus influencias otomanas conforman un centro histórico encantador que pivota sobre su reconocible puente. 



Fue un placer pasar varios días allí explorando su arquitectura y su deliciosa gastronomía. 


(Desde una cueva hasta el mar) 


Durante la guerra, varios batallones españoles en misión de la ONU se dedicaron a tratar de mantener las condiciones de vida para los bosniacos que estaban siendo bombardeados primero por los croatas y luego por los serbios, en un sospechoso relevo. Viendo reportajes de ese periodo, realmente parece que los soldados españoles hicieron todo lo que estaba en su mano para ayudar a la población, hasta el punto que en un lugar muy céntrico de Mostar tiempo después se erigió "La Plaza de España" para honrar esa labor humanitaria. ¡Qué honor! 



En Mostar se han dejado alguno de los edificios dañados durante la guerra. Me parece una buena forma de mantener en la memoria las consecuencias de una guerra, aunque mirando a  Ucrania hoy en día, parece que tenemos una memoria de mosquito. 


Una cosa que nos sorprendió de los museos e información tanto en Dubrovnik -Croacia- como en Mostar era que se hablaba directamente de las atrocidades cometidas por los serbios. Cuando visitamos Auschwitz nos estremeció los terribles actos que allí sucedieron, pero se apuntaba como responsables a los nazis y a Hitler, no al pueblo alemán, lo que yo creo que ayudó al perdón y la estima a ese país. Sin embargo, en Bosnia no se habla de los crímenes cometidos por los yugoslavos y Milosevic, sino por los serbios, los mismos que viven en una parte de Bosnia y en la vecina Serbia. Una sutil diferencia... ¡o no! 


En Mostar tuvimos ocasión de hablar con varias personas jóvenes  que nos contaron como muchos de ellos aman su país pero no ven futuro en él y una gran cantidad de jóvenes preparados están saliendo del pais dado el desbarajuste de gobierno con esos tres presidentes tratando de hacer lo máximo para su nacionalidad, la corrupción y las tensiones nacionalistas que incluso están llevando a algunos líderes políticos a volver a plantear una nueva guerra. 


("Haz lo mejor que puedas para reducir la corrupción") 


Tras Mostar decidimos visitar Srebrenica.   ¡Eso sí que fue duro! Brevemente decir que en 1995 había un batallón holandés de la ONU a cargo de un área protegida para los civiles bosniacos que estaban siendo masacrados por los serbios. En un momento, los serbios convencieron al comandante holandés de que se iba a trasladar a los bosniacos a una zona segura, por lo que los holandeses incluso ayudaron a los serbios en la organización del traslado que también suponía el final de la misión holandesa, por lo que ellos también se fueron. A los pocos días se supo que el traslado de los civiles bosniacos hacia lugar seguro fue una farsa porque solo llegaron mujeres y niños mientras que los serbios ejecutaron a unos 8000 hombres en unos tres días. Ese fue uno de los detonantes de la actuación de la OTAN. Por cierto, añadir que en el 2020 se estrenó la película "Quo Vadis, Aida?" que relata con bastante exactitud estos hechos. 

La historia nos resultó impactante, y a mí me volvió a sorprender mucho como se dirigen las culpas a los serbios y a los holandeses. 



Además visitamos el cementerio en el que se han enterrado los cuerpos que han sido encontrado en fosas comunes. Miles de tumbas en una simetría macabra. 



En ese cementerio me sorprendió mucho dos cosas. Por un lado, una columna con un mensaje en principio conciliador pero que escondía dentro la frase "Que la venganza se convierta en justicia". Para mí, hablar de venganza no es un buen camino. De hecho, yo admiro mucho a Nelson Mandela porque justo él no buscaba la venganza contra los blancos, sino avanzar todos juntos en la nueva Sudáfrica. Creo que a Bosnia le hace falta ese espíritu. 



La otra cosa que me sorprendió mucho es que hay una sala dentro del cementerio con fotos de personas que sufrieron ese horror. Creo que está muy bien poner rostro al dolor, pero entre esas fotos hay unas reproducciones de unas pintadas que probablemente soldados holandeses escribieron en la pared del recinto que ocupaba el batallón de la ONU, pero me centro en una de esas pintadas. Hay que ponerlo en perspectiva: un soldado, probablemente de unos veintipocos años, tras varios meses de infierno en ese enclave, escribió una barbaridad en una pared. Me recuerda a cuando en Canarias habían pintadas en los cubos de basura diciendo "Godos aquí". Simplemente era una barbaridad y se borraba sin darle importancia. Pero en Srebrenica, esa barbaridad de un joven estresado se magnífica y, entre las fotos de las personas enterradas, se puede leer:

¿Sin dientes... ? 

¿Con bigote...? 

¿Huele a mierda...? 

¡Una chica bosnia! 



Me imagino cómo se revolverán las entrañas de un bosniaco que va a visitar a sus muertos y tiene que ver ese mensaje escrito. ¿Para qué se le da relevancia a lo que escribió hace 25 años probablemente un chiquillo maleducado y desquiciado? Lamentablemente, a mí solo se me ocurre que se está cultivando el odio. Me parece triste y peligroso. 


18/Enero/2022 - Serbia

Y de Srebrenica pasamos a Serbia. Parece increíble, pero andábamos un poco preocupados. Íbamos a estar rodeados de serbios, los que perpetraron la masacre de Srebrenica, los que bombardearon hasta los cimientos Mostar, Dubrovnik... Nos habían sugestionado. Si esos mensajes tuvieron esa influencia en nosotros, me imagino cómo sería para los que han perdido familiares en esas tragedias. ¿Serian capaces de perdonar y cooperar con los serbios para la prosperidad del país? No lo veo fácil. Vuelvo  a pensar que Bosnia necesita el alma de Mandela. 

Finalmente, los serbios que conocimos desde el primer día eran encantadores. Gente que quieren vivir en paz en un país con una naturaleza y ciudades hermosas. 

Parque Nacional Tara




Tuvimos el privilegio de llegar a Belgrado sin nieve pero al día siguiente cayó una nevada que cubrió la ciudad con un hermoso manto blanco. 







En Belgrado teníamos mucho interés en visitar el Museo de Yugoslavia. En concreto, yo quería saber cuál era la opinión oficial sobre Milosevic. Lo que vi fue lo que menos me esperaba. ¡Nada! Todo se centraba en Tito, el artífice de la República de Yugoslavia hasta su muerte en 1980. ¿Pero y qué pasó hasta el 2003 en que se disolvió Yugoslavia? 



Encontré a una cuidadora joven del museo que estaba en un rincón sin ningún otro visitante alrededor y le pregunté por qué no se incluía a Milósevic. Me respondió que aún era un tema muy delicado, que hay mucha gente que lo apoya y defiende, mientras que otros lo responsabilizan de las Guerras de los Balcanes. 

Antes de entrar a Bosnia no recordaba muy bien qué había pasado allí, pero en estas semanas me he esforzado mucho por comprender esa guerra y, la idea que yo extraigo es que Milosevic era el Hitler de los yugoslavos. Tal vez estoy equivocado y, por eso, iba con mucho interés al Museo de Yugoslavia para contrastar mi opinión, así que me pareció muy inquietante que no se le nombrase. ¿Por qué entonces no denominar  a ese museo: "Museo de Tito"? ¿Por qué sacan a Milósevic de la historia yugoslava? Creo que ocultando los hechos no ayudan a sanar las heridas. Otra vez vuelvo a recordar a Mandela que obtuvo el Nobel de la Paz junto a De Klerk, último presidente de la Sudáfrica del apartheid. ¡Resucita Mandela! Te necesitamos en Bosnia, en Ucrania y en el mundo. 


1/febrero/2022 - Vuelta a Bosnia


Volvemos a entrar en Bosnia y nos dirigimos hacia Sarajevo. Por toda Bosnia nos sorprendió lo sucias que estaban las cunetas de las carreteras. En zonas que podían estar a 10 km o más del pueblo más cercano, habían bolsas de basura tiradas en las cunetas. ¿Pero quién iba hasta allí a tirar la basura? Lo único que se me ocurre a mí es que era intencionado para ensuciar. ¿Podrían ser las personas de una nacionalidad para ensuciar las zonas de las otras? Suena disparatado pero yo no veo muchas más respuestas. En lo que no hay duda es que es una pena y todo el país está afectado por ese problema, que no es menor. 



La influencia otomana y austrohúngara en Sarajevo es muy evidente y cercana. Vas caminando por una calle que te recuerda a Estambul y, de repente, te transportas al estilo arquitectónico recargado vienes. 





Yo pensé que ya había visto lo peor de la guerra de Bosnia,  pero informarnos sobre el asedio a Sarajevo fue muy impactante. Cerca de cuatro años sus ciudadanos vivieron en esta ciudad siendo bombardeada constantemente y con el peligro inminente de los francotiradores. Iban a comprar comida, a por agua, incluso a trabajar, sin saber si regresarían a sus casas. Caminando por la acera y corriendo al cruzar la calle por miedo a los francotiradores. Lo más asombroso era ver cómo lo habían integrado en su vida cotidiana. Los museos e información en Internet fueron muy clarificadores. 



Conocimos infinidad de historias pero, la que más me llamó la atención fue la de una pareja que se conoce como Romeo y Julieta de Sarajevo. Ella era bosniaca, él serbio. Novios desde los 15 años hasta que la guerra los quiso convertir en enemigos. Ellos decidieron huir a Serbia y pagaron -¡qué triste!- para que los francotiradores parasen durante unos minutos para poder cruzar un puente hacia su libertad. No se sabe de qué bando pero un francotirador les disparó y pudieron abrazarse justo antes de morir sobre el puente. Durante una semana permanecieron abrazados y muertos sobre el puente. Nadie se atrevía a ir a recogerlos hasta que con cuerdas los lograron sacar. Para mí, es una historia conmovedora de amor entre diferentes nacionalidades. Quise ir al puente y vi una placa, cuando la leí me decepcionó mucho pues no tenía nada que ver con esta pareja. ¿Por qué? Tienen la oportunidad de erigir un monumento al amor entre diferentes nacionalidades y lo ocultan. En los museos de la ciudad tampoco encontré nada o casi nada de esta bonita historia. ¡Qué pena! Para mi están desaprovechando una oportunidad para unir y sanar. 



Caminando por las bonitas calles de Sarajevo, de repente, vuelvo a ver el cartel del descerebrado soldado en Srebrenica, pero en un tamaño descomunal. ¡Lo que faltaba! 



Semanas después me explicaron que se trataba de un cartel que poniendo la imagen de una atractiva bosniaca, justo buscaba evidenciar lo erróneo de esa afirmación. No obstante, sigo pensando que a ese disparate de pintada había que haberla borrado y olvidado. No se trata de ocultarlo, sino de darle su justo valor. Seguro que las puertas de muchos bares y estaciones en cualquier gran ciudad están llenos de pintadas disparatadas que simplemente se borran ¿Para qué darles importancia y visibilidad? 


Nos vamos de este país preocupados. La paz parece cogida con alfileres. Muchas heridas a las que no se está ayudando a sanar. Ojalá la buena gente de Bosnia logren sobreponerse a esta terrible situación. 


Postdata:

Acabo de terminar esta entrada y justo se publica un podcast de Diana Uribe sobre Mandela y Desmond Tutu, sobre su labor en Sudáfrica, sobre Ubuntu. Me reafirmo más en la grandeza del espíritu de Mandela y Tutu y la necesidad de recurrir a él como solución duradera ante el conflicto. 

MUY recomendable el podcast. 

Diana Uribe - desmond Tutu