sábado, 28 de mayo de 2022

Grecia: un regalo del Camino.

Hay veces que el camino cobra vida y te regala algo que no buscabas, incluso que evitabas. En esos momentos uno agradece el privilegio de vivir una vida nómada, con algunas carencias materiales y rebosante de recompensas para quien esté abierto a recogerlas. Grecia fue uno de esos tesoros con los que nos hemos topado en nuestro caminar y de ella nos llevamos un recuerdo entrañable. 


Estábamos en Albania, un país que se abre al turismo a pasos agigantados, así que decidimos dedicarle todo el tiempo posible. No obstante teníamos que reparar un cristal de kiriku -tardamos  pero al final bautizamos a nuestra furgoneta-  y como Mapfre tiene acuerdos con CarGlass, vimos que el más cercano estaba en Ioannina, al norte de Grecia, así que para allá fuimos con la intención de regresar al día siguiente.... pero no lo hicimos. 


LUNES 18 de abril. 

El lunes cruzamos la frontera y llegamos por la tarde a Ioannina. El martes teníamos cita en CarGlass a las 8 donde nos llevamos la desagradable sorpresa de que el cristal que habían pedido no era correcto. Les insistimos que queríamos regresar lo antes posible a Albania y consiguieron tener el cristal para el jueves. 


Resignados a esperar, decidimos disfrutar de Ioannina y la comida local. A mí no me llamaba la atención la gastronomía griega, pero descubrí que es simplemente extraordinaria: mousakas, tzatzikis, ensaladas griegas, souvlakis... ¡Una delicia! 



Viniendo de Albania los precios de Grecia eran caros, aunque mucho menos que en el norte de Europa. Afortunadamente, dormir en la furgoneta fue muy fácil. 



JUEVES 21

Por fin el jueves nos arreglaron el cristal y esa misma tarde, de camino a Albania, pasamos a visitar el mirador Beloi que nos habían recomendado para ver la Garganta Vikos . 




Pero en el mirador conocimos una pareja griega que nos contaron que estaban allí de turismo aprovechando la Pascua Ortodoxa, que se celebra una semana después de la Católica. Resulta que, como en España, es un momento destacado para los griegos y disfrutarla en los pueblitos del Parque Nacional Vikos era un regalo que no podíamos dejar pasar. 


VIERNES 22

Este día hicimos una pequeña excursión y luego fuimos a un pequeño pueblito llamado Koukouli, a ver la misa y procesión del Epitafio, su Viernes Santo. 




SABADO 23

La Semana Santa Católica se centra en la idea del martirio y muerte de Jesús, mientras que la Ortodoxa lo hace en su resurrección y salvación. En concreto, el sábado a las 11 de la noche se celebra una misa y a medianoche llega la celebración de la resurrección, con fuegos artificiales y se disfruta de un estofado de cordero llamado "Mayiritsa".

Nos enteramos de que los pueblos muy pequeños comparten al " Pope" o sacerdote, con los pueblos más grandes, así que para tener sobredosis de Sábado Santo nos volvimos a Vradeto, inicio del camino al mirador Beloi, donde habíamos hecho buenas migas con los dueños de un restaurante. A las 7 fuimos a la misa. Hacia el final apagan todas las luces y el Pope reparte la Llama Sagrada ¡que ha venido en avión desde Jerusalén! . Es asombroso ver tanta religiosidad. 

Sobre las 8 la misa se trasladó fuera y al terminar los feligreses sacan unos huevos cocidos y pintados de rojo, sus Huevos de Pascua, que chocan entre ellos para ver cuál gana: el que no se rompa significa buena suerte. 




Un rato después estábamos de vuelta en el restaurante, donde ya conocíamos a casi todos los comensales, y disfrutábamos de la Mayiritza y hasta de nuestros propios Huevos de Pascua. Eso es lo bueno de los pueblos pequeños y su gente amable y hospitalaria. 



Tras Vradeto nos fuimos a Tsepelovo, un pueblo más grande, y a las 11 repetimos el proceso. Más monumental, más gente, más medios, celebrado a su hora, pero echamos de menos la calidez de Vradeto. 



DOMINGO 24

El Domingo Santo es un día de celebración en familia. Se come cordero y "Kokoretsi" que es un asado de tripas de cordero. Este día se saca el carácter festivo griego con bailes regados de mucho ouzo. Nosotros fuimos a un pueblo llamado Aristi esperando ver esos bailes tradicionales, pero tras la suculenta comida y un buen rato esperando, nadie se arrancó a bailar en el restaurante, ¡con las ganas que yo tenía de verlo!



Tal vez para celebrar la resurrección de Jesús, o por otros menesteres, el sol se decidió, por fin, a brillar con fuerza. En Aristi seguían sin celebraciones en la calle, así que nosotros nos decidimos a hacer una caminata bajo un azul intenso y rodeados del verde luminoso de los árboles y otros colores en sus flores. Un derroche de energía para todos los seres vivos, incluido nosotros. Caminar junto a un río es siempre un privilegio para un canario privado de ellos. 





LUNES 25

Este último día festivo lo dedicamos a caminar por la Garganta Vikos, que está en el libro Guinness como la garganta más profunda del mundo. Un pateo precioso con más bañitos incluidos. 





Ese día tuvimos la sensación de que queríamos llenarnos más del río, así que cogimos nuestra caseta y dormimos a su vera, arrullados con su murmullo. 



MARTES 26

Desde que salimos de España no habíamos vuelto a ver otra Nissan Serena, pero en Grecia hay muchas, así que buscamos un taller y pudimos llevar el coche el jueves por la mañana. Mientras esperamos quisimos volver a visitar a nuestros amigos de Vradeto y el mirador, pero esta vez con sol. 






JUEVES 28 de abril

Tras una puesta a punto genial para nuestra furgoneta, nos fuimos de Grecia tras once días en este hermoso país de montañas grandiosas, gastronomía extraordinaria y gente entrañable. Lo más curioso es que no visitamos nada de lo que sería el típico viaje organizado a Grecia. Algún día volveremos para visitar Atenas, Creta, Santorini, Delfos, Olimpia, etc. El Camino ya nos llevará a ellas cuando lo estime oportuno.