sábado, 15 de diciembre de 2018

Colombia - Dic 2018

Colombia

(English below) 

Llegué a Colombia como una etapa más en mi viaje desde Ecuador a México, pero al poco tiempo me atrapó y comprendí que prefería quedarme allí los 6 meses máximos permitidos. Ya de regreso en España me envuelve una sensación de alegría profunda por lo aprendido y vivido allí.

Lo que más me ha atraído de Colombia son sus gentes: amables, hospitalarias, alegres y diversas. Fuertemente condicionados por el conflicto militar que sufrieron durante cerca de medio siglo y hasta hace solo unos pocos años. Yo lo conocía, pero fue en una visita al Museo de la Memoria de Medellín que me di de bruces con lo sucedido allí y comprendí el miedo con el que tuvieron que convivir hasta hace poco. En mi estancia en Colombia he conocido varias personas que fueron secuestrados por la guerrilla o que tuvieron que abandonar sus casas por los cárteles de la droga o por los paramilitares. Sus historias me han sobrecogido y me ha asombrado la naturalidad con la que hablan de esos horrores. Ahora todo ha pasado y aunque el proceso de Paz aún tiene que afianzarse, los colombianos ya lo celebran y se animan a conocer su propio país y compartirlo generosamente con los visitantes que desde hace ya unos pocos años comenzamos a disfrutar de muchas maravillas que antes quedaban en zonas no seguras.

Por encima de todo, Colombia es un país diverso.

Es el segundo país en biodiversidad del mundo y el primero en avistamiento de aves. En estos meses he disfrutado jugando con las olas en el Pacífico, buceando con tiburones en el Caribe, paseando por paisajes cafeteros entre colinas de un verde infinito, bañándome en decenas de cascadas, contemplando hermosos colibríes, mariposas, etc.

Por otro lado, he tenido el enorme privilegio de conocer etnias ancestrales como los Arhuacas, siempre unidos a su poporo para mascar coca y que guardan celosamente su privacidad, por lo que resulta sorprendente que me hayan permitido compartir unos días entre ellos en el pueblo de Nabusímake. También y tras varias casualidades y carambolas, acabé compartiendo con los Ingas del Putumayo unos días encantadores en el Resguardo Indígena Yunguillo, en donde sus ancianos Taitas son maestros en ceremonias de sanación con yagé y otras medicinas naturales. Por último no puedo olvidar mi voluntariado en el hermoso pueblo de Zapatoca, donde conocí un grupo de artistas y amantes de la naturaleza que se esfuerzan por conservarla y que, en concreto, la persona con la que trabajé me enseñó una lección de vida que espero no olvidar.

En este país me he sentido cómodo. Bien recibido y acogido por sus gentes. He disfrutado de una gastronomía deliciosa descubriendo muchísimas frutas nuevas para mí y otras conocidas pero con sabores acentuados. Me he dejado llevar por la Vida que ha ido cambiando caprichosamente mis planes sabiendo que yo no protestaría. Todo eso en un entorno seguro, aplicando un poquito de sentido común -no dando papaya-.

La solidaridad de este pueblo también la he constatado en la generosa acogida que los colombianos están brindando a los venezolanos que en su éxodo atraviesan el país caminando buscando un futuro mejor aquí o en otros países del sur.

Este país es una linda flor que está acelerando su apertura al turismo en estos años. Si quieres zambullirse en un paraíso, no dejes pasar más tiempo para visitar Colombia.

El riesgo es que te quieras quedar.
https://youtu.be/8kUU-DWOqmI

(Fotos abajo) 

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Colombia

I arrived in Colombia as another stage in my trip from Ecuador to Mexico, but after a while I understood that I preferred to stay there for the maximum 6 months allowed. Back in Spain, I have a deep joy feeling for what I have learned and lived there.

What I enjoyed most at Colombia was its people: kind, hospitable, cheerful and diverse. Strongly conditioned by the military conflict they suffered for near half a century and until only a few years ago. I knew it, but it was during a visit to the Museum of Memory in Medellín that I was aware with what happened there and I understood the fear with which they had to live until recently. During my stay in Colombia, I have met several people who were kidnapped by the guerrillas or who had to leave their homes because of drug cartels or paramilitaries. Their stories have overwhelmed me and I was amazed by how they talk about these horrors as a normal fact. Now everything has passed and although the Peace's process has yet to consolidate, Colombians already celebrate it and are encouraged to discover their own country and share it generously with visitors who, since a few years ago, have begun to enjoy many wonders that were previously in unsafe areas.

Above all, Colombia is a diverse country.

It is the second country in biodiversity in the world and the first for bird watching. In these months I have enjoyed playing with the waves in the Pacific, diving with sharks in the Caribbean, walking through coffee landscapes among hills in an infinite green, bathing in dozens of waterfalls, contemplating beautiful hummingbirds, butterflies, etc.

On the other hand, I have had the enormous privilege of knowing ancestral ethnic groups such as the Arhuacas, always attached to their “poporo” to chew coca leaves and who jealously guard their privacy, so it is surprising that they have allowed me to share a few days among them in the village of Nabusímake. Also and after several coincidences, I ended up sharing with the Ingas of Putumayo some lovely days in the Yunguillo Indigenous Reservation, where their elderly “Taitas” are masters in healing ceremonies with yagé and other natural medicines. Lastly I can not forget my volunteering work in the beautiful village of Zapatoca, where I met a group of nature lovers and artists who strive to give back nature its former areas. In particular, I hope do not forget the life's lesson that the person I worked with taught me.

In this country I have felt myself comfortable. Welcomed by its people. I have enjoyed a delicious gastronomy discovering many new fruits and other known but with increased flavors. I have been led by Life that was changing my plans capriciously knowing that I would not complain. All this in a safe environment, using a little bit of common sense.

I have also felt the solidarity of this people in the generous welcome that the Colombians are giving to the Venezuelans who, in their exodus, are crossing the country walking, looking for a better future here or in other countries further south.

This country is a beautiful flower that is accelerating its blossom to tourism in these years. If you want to jump into paradise, do not let more time to visit Colombia.

The only risk is wanting to stay.
https://youtu.be/F8y4gBz4bR0


Chiva: autobús rural principalmente por el eje cafetero.


Lago Guatapé, Antioquia.


Mínima muestra de las bellezas del bosque.


Pueblo de Jardín. Eje Cafetero.


Zapatoca. Uno de los muchos pueblos de una Colombia rural y encantadora.


Voluntariado en Zapatoca.


Cascada escondida en Guadalupe.


Celebrando el "Día de la Amistad" en el colegio de Nabusímake.


Cerca de Punta Gallinas. Extremo norte de Sudamérica.


Cerca de Punta gallinas.


Isla de Providencia, Mar Caribe.


Parque Ecológico La Romera. Periferia de Medellín. Encuentro totalmente inesperado!!


Playas de El Valle, Bahía Solano, Costa del Pacífico.


Suelta de tortugas. El Valle, Bahía Solano, Costa del Pacífico.


Aguacate, Capurganá, Costa del Caribe.


En la foto no se aprecia, pero median cerca de 15 cm y están por muchas partes del país.


Playa amarilla. A una o dos horas de camino de Aguacate.


Pescador en la ciénaga de Mompox.


Caminata en familia en el Resguardo Indígena Yunguillo, Mocoa, Putumayo.


Cocina tradicional en Yunguillo.